jueves, septiembre 06, 2012

Bienaventuranzas


Bienaventurados los que tropiezan  con una idea genial y no son devorados  por ella.

Bienaventurados los que mantienen la calma y no apresuran el paso hacia la muerte.


Bienaventurados los que pueblan su cabeza con la simiente de la libertad y siembran su propio bosque, ajeno a miradas extrañas.


Bienaventurados los que saben que son contra la naturaleza.


Bienaventurados los críticos y escépticos, pues ninguna verdad  absoluta les espera.


lunes, noviembre 28, 2011

Navego, luego existo

Y cuánta cosa que ocurre ahí en la Red, no?
Sin tiempo, sin más que superficie y símbolo, como todo lo humano, querámoslo o no, como esto... Qué cosa rara saberse humano: Navego por la Red y no hago más que afianzar eso. Superficie y símbolo.

miércoles, octubre 26, 2011

Gabriela...por Neruda

Por ese tiempo llegó a Temuco una señora alta, con vestidos muy largos y zapatos de taco bajo. Era la nueva directora del liceo de niñas. Venía de nuestra ciudad austral, de las nieves de Magallanes. Se llamaba Gabriela Mistral.
Yo la miraba pasar por las calles de mi pueblo con sus ropones talares, y le tenía miedo. Pero, cuando me llevaron a visitarla, la encontré buenamoza. En su rostro tostado en que la sangre india predominaba como en un bello cántaro araucano, sus dientes blanquísimos se mostraban en una sonrisa plena y generosa que iluminaba la habitación.
Yo era demasiado joven para ser su amigo, y demasiado tímido y ensimismado. La vi muy pocas veces. Lo bastante para que cada vez saliera con algunos libros que me regalaba. Eran siempre novelas rusas que ella consideraba como lo más extraordinario de la literatura mundial. Puedo decir que Gabriela me embarcó en esa seria y terrible visión de los novelistas rusos y que Tolstoi, Destines, Chejov, entraron en mi más profunda predilección. Siguen acompañándome.

Homúnculo maldito


Érase una vez un hombre solo, maldito, aficionado a la lectura difícil, gozador de aventuras con mujeres indómitas. Llevaba todas las de perder, ¿no? Pues a él le daba la misma, con tal de poder sentir mejor la vida, ¿ves? Y así se las traía este homúnculo bestial, con esas trazas de garabatero, pero culto vieras tú, de los peores, de los que siembran duda que es cizaña.

lunes, junio 14, 2010

Otro tipo de admirador, no?

Me encantaría conocer a la mujer Isabel Allende, pero no sería conveniente, porque no soy precisamente un admirador de su obra. No quiero conocer a la famosa escritora. Ella no me interesa. Sólo preciso acercarme a la menuda mujer de mirada triste que ha logrado cargar con tanto dolor.

viernes, diciembre 11, 2009

Amar? Enamorarse?

Algunas genuinas circunstancias terminan siendo meros caprichos o excusas cuando el amor toma las riendas. Un desenfreno, una una leve idiotez se va haciendo patente y todas las honorables muestras de serenidad y prudencia desaparaecen.

Quizá no 'amor', sino 'enamoramiento'. Quizá estupidez convulsiva y agobiante, pegajosa y lúdica como la terca adolescencia.

Algo de soledad, no?

A veces, la soledad es un privilegio, no un derecho. Quizá un logro al que debe accederse vía sacrificio. Qué se sacrifica entonces? Qué sacrificarás para estar solo, para ser tú mismo alguna vez? Crees que puedas llegar a ser auténticamente tú en compañía de todo ese tumulto a tu alrededor?

sábado, noviembre 21, 2009

Lo que somos

Ocurre que somos humanos gracias, en principio, a los demás. Ellos son nuestros autores, los que forjan nuestra naturaleza. Entonces, ¿cuándo somos 'algo' por nosotros mismos? ¿Cuándo podremos alejarnos de ellos tanto como para poder ser nosotros por nosotros? ¿Es  posible ser realmente autónomos?

Ser uno mismo ya no podrá considerarse una mera expresión, sino una meta, un logro. Quizá lo peor consista en querer ser desde cero, ojalá nacer de nuevo, para poder organizar, armar, modelar incluso nuestro propio interior, porque no sabemos hasta dónde ha llegado la influencia de las voces de los demás en nosotros.

Somos lo que los demás han hecho de nosotros. En realidad, no somos, sino que ellos son en nosotros, al modo como ellos y sólo ellos desean ser a través de nosotros.

El infierno son los demás (Sartre)

Ojalá y podamos, algún día, hacer las  cosas que más nos placen de manera natural, o mejor, autónoma, sin la absurda   pretensión   de   ser todos  idénticos. Ya sabes... siempre  están  los  demás  ahí,  observando cada paso, con toda la jurisdicción que tienen por el simple hecho de ser prójimos. Y su mirada te toca, duele, o al menos molesta justo ahí donde no podemos hacer nada al respecto. Apenas y podemos soportarlo.

domingo, julio 26, 2009

Dejar de temer

A veces pasa algo muy fuerte en tu vida... y dejas de sentir miedo... al fin. Y sabes que puede ser falso, que apenas depende de ti, pero no importa, porque es tuyo hasta donde nadie puede entender. No quieres que el tiempo corra, quieres saborear con serenidad esa sensación nueva, única hasta ahora. Dejar de tener miedo... Empezar a ser.